Thursday, November 22, 2007

Democracia Shumpeter

Democracia Sumpeter

DEMOCRACIA JOSEPH A. SCHUMPETER.

La democracia como método.

Un aspecto central de la formulación de Schumpeter es concebir la democracia como un método, como un modo de proceder, cuya ausencia o existencia es, por consecuencia, fácil de comprobar en la mayoría de los casos. Esta opción le permitió resolver ambigüedades y dificultades implícitas en la teoría clásica que definía la democracia como " la voluntad del pueblo", o "la voluntad general" o "el bien común", máximas, que a juicio de Schumpeter, muchas veces eran mejor servidos por gobiernos que nada tenían de democráticos.
La definición Schumpeteriana es de carácter empírica, más sujeta a los hechos e Instituciones que permiten su funcionamiento que a una concepción más abstracta o de componentes ideales. En segundo lugar, la definición pretende ser exhaustiva y satisfactoria, a saber, el problema está en garantizar un método para conseguir decisiones formalmente por medios democráticos, no permitiendo hacer excepciones a este principio.
Para Schumpeter la democracia se define de la siguiente manera: "el método democrático es el instrumento institucional para llegar a decisiones políticas, en virtud del cual cada individuo logra el poder de decidir mediante una competencia que tiene por objeto el voto popular". En efecto, esta definición pone su acento, en primer lugar, en el carácter central de la competencia, en segundo lugar, en los elementos esenciales que debe existir en un régimen democrático: la existencia de una oposición, la existencia de minorías y el papel clave del voto popular.
Los supuestos. Ahora bien, esta definición tiene un conjunto de supuestos que abordaremos, particularmente aquellos que tienen una vinculación para el tratamiento de su relación con el capitalismo y el mercado. El primero de estos es el reconocimiento de la libertad y competencia por el caudillaje político, y en segundo lugar, la de la organización de las voliciones - la expresión de la voluntad - como elementos claves para la competencia electoral.
Al respecto, es en la competencia por el caudillaje donde Schumpeter establece una relación con las dificultades similares que se dan en el ámbito de lo económico, propio de las sociedades que organizan su economía en base al funcionamiento del mercado.
Esta dificultad reside en que, tanto en la competencia económica como en la competencia política, esto es, la competencia por el voto, se dé dicha competencia en forma perfecta, vale decir, no excluye fenómenos análogos como lo son la competencia "desleal" , "fraudulenta" o, en definitiva, la restricción de la competencia. No existe la competencia perfecta ni, por ende, la democracia perfecta.
¿Qué relación , entonces, existe entre capitalismo y democracia?, ¿nació al mismo tiempo que el capitalismo y en conexión causal con él?
Si bien es posible encontrar históricamente casos donde el capitalismo se ha desarrollado al margen de un sistema político democrático - los países asiáticos emergentes, el desarrollo y modernización capitalista en la España de Franco, etc. - tampoco la democracia pareciera ser estrictamente necesaria pero sí una condición importante. En el Chile del siglo XIX, de acuerdo a Arturo Valenzuela, en su trabajo "El Origen de la Democracia en Chile", habría emergido una democracia a pesar del precario desarrollo capitalista y la ausencia de una burguesía como sujeto histórico, que promovió en los países occidentales de democracia avanzada el cambio político, y ello, básicamente por la existencia de procedimientos democráticos: sistema institucionalizado que regula la competencia, sistema electoral, la regularidad periódica de elecciones y, por lo tanto, de un acceso al poder político de acuerdo a una competencia electoral y el voto popular, aunque de características restringidas por el carácter censitario y las perversidades del sistema electoral.
Pese a ello para Schumpeter el sistema económico capitalista posibilita más que ningún otro régimen político el desarrollo de la democracia por tratarse de sociedades abiertas donde la libertad individual, otro de los presupuestos básicos establecidos por Schumpeter para entrar en la competencia electoral, es también condición básica para el sistema económico, aunque, como él señala, el método democrático no garantiza mayor libertad individual.
Otro tanto ocurre con el presupuesto que señala la función de la democracia como un régimen que no sólo tiene la facultad de crear un gobierno, sino que también de disolverlo y fiscalizarlo mediante la decisión del electorado de reelegir a sus representantes, lo cual implica que la voluntad mayoritaria no es la voluntad del pueblo en su totalidad, sino de la mayoría proporcional, de acuerdo a los procedimientos institucionalizados establecidos.
En resumen, podemos decir, que para Schumpeter " la democracia moderna nació al mismo tiempo que el capitalismo y en conexión causal con él", y ello, básicamente por dos razones planteadas por el autor: la primera, en relación a la teoría de la competencia por el caudillaje, en el que la burguesía procedió al proceso de transformación política, siendo el método democrático el instrumento utilizado para esa construcción.
En segundo lugar, porque la burguesía, como agente social de la transformación política, introdujo limites a las decisiones políticas, más allá de los cuales el método democrático deja de ser aplicable, lo cual se traduce en que los intereses de la clase capitalista quedan mejor servidos por una política de no intervención del Estado.

LA DEMOCRACIA.

Origen: la Grecia Clásica: Democracia directa.
El antecedente más antiguo que conocemos de democracia es la Grecia clásica (Siglo V AC), siendo su ejemplo más representativo la polis Ateniense.
El origen del vocablo data de entonces: en griego "demos" significa pueblo y "cratos" significa poder. Democracia = poder del pueblo.
La particularidad de la democracia griega es que se trataba de una democracia directa: el gobierno del estado estaba en manos del pueblo, sin intermediarios. Las principales decisiones atinentes al estado eran tomadas por el conjunto de ciudadanos reunidos en Asamblea. Todos los ciudadanos tenían derecho a hacer uso de la palabra y a votar. Luego estas decisiones eran derivadas a organismos más reducidos para que las pongan en práctica: existía un consejo de los 500 (de solo 500 miembros), un comité de 50 (de 50 integrantes, que guiaban al consejo) y un presidente del comité, que duraba solo un día en sus funciones. Además había magistraturas y tribunales judiciales, que se encargaban de juzgar casos concretos, en base a la ley, y finalmente había también diez generales militares, designados por la asamblea, que se encargaban del arte de la guerra.
Las condiciones socio históricas que hicieron posible esta forma de gobierno democrática directa son muy peculiares: la polis era una especie de ciudad estado, compuesta por un centro urbano, y por los campos que la rodeaban. El territorio era lo suficientemente grande para permitir la manutención de la ciudad, pero no tan grande como para no poder recorrerlo en breve tiempo. Es decir que se trataba de unidades geopolíticas reducidas. Su principal actividad económica era rural. Su población era relativamente homogénea. Pero no todos los habitantes trabajaban: de eso se ocupaban los esclavos, y las mujeres. Los ciudadanos se dedicaban a tareas más edificantes y menos deshonrosas, como la filosofía, las artes, la guerra y la política. Es decir, que la ciudadanía estaba compuesta por una porción minoritaria de la población.
Estas condiciones sociales, les permitían y motivaban a los ciudadanos a tener una preocupación constante acerca de la política, que constituía, junto con otras ocupaciones, un quehacer cotidiano de todo miembro de la polis. El Ciudadano ateniense es políticamente activo por definición, y este es el núcleo de la democracia directa griega. La democracia es su forma de gobierno y también su forma de vida. Pero, como dijimos debemos tener presente que el conjunto de los ciudadanos era lo suficientemente reducido como para caber en la plaza pública, y que de tal condición política estaban excluidos los esclavos y las mujeres.
Desde el punto de vista de la exclusión que el concepto de ciudadanía implica en Atenas, podríamos argumentar que este régimen, no era en verdad democrático. Pero desde el punto de vista de la cultura cívica de los ciudadanos, de su actitud participativa, y de su real intervención directa en los asuntos del estado, indudablemente podemos considerarlo el antecedente más importante de régimen democrático de toda la historia hasta la edad moderna.

Interregno Medieval.
Desde la Grecia Clásica y hasta la modernidad, no encontramos otros ejemplos de regímenes democráticos. En Occidente, ello se debe sobre todo a la preeminencia de la Religión y de la Iglesia Católica. El catolicismo de entonces, como las religiones monoteístas en general, tenía una concepción descendente de lo político: el poder es un atributo creado por dios, que desciende de él al Papa, y del papa al Rey. Con semejante concepción el planteo democrático del pueblo como fuente de poder poco tenía que ver. Recién a fines de la edad media, algunos teólogos comienzan a teorizar acerca de la concepción ascendente de soberanía popular.

La Modernidad: Democracia Indirecta o Representativa.
La Edad moderna, desde el punto de vista del pensamiento político, va a significar una revalorización del pensamiento democrático, en su versión "republicana". Retomando la concepción aristotélica que considera a la República (bajo el nombre de politeia) como el gobierno de la mayoría para el bien común, Maquiavelo va a clasificar las formas de gobierno en principados, que concentran el poder en pocas manos; y Repúblicas, que distribuyen el poder, dividiendo estas últimas a su vez en Democráticas y Aristocráticas.
Pero el gran aporte de la modernidad a la teoría de la democracia es el liberalismo, asociado a su vez a la teoría de la división de poderes, al contractualismo y al constitucionalismo.
El liberalismo político sostiene que la libertad y los derechos de los individuos son anteriores al estado, y no pueden ser conculcados por él. Desde esta perspectiva, existe un área o espacio jurídico reservado a los individuos, en la que la acción estatal no puede penetrar : la libertad individual, la libertad de expresión, los derechos políticos, la propiedad privada, la inviolabilidad del domicilio y la correspondencia, la libertad de trabajo comercio e industria, etc.
¿Por qué el estado no puede traspasarlos? La respuesta corresponde al contractualismo: Porque esos derechos son anteriores al estado, y el ser humano los posee desde que existía el estado de naturaleza. Habrían sido los hombres libres, en estado de naturaleza, que habrían suscripto un Contrato Social, para crear el estado, con el fin de que les provea orden y seguridad.
¿Cómo garantizar que el estado no viole los derechos individuales? Según el constitucionalismo: Los hombres pueden dejar por escrito ese pacto social fundamente: es la constitución escrita, un texto en el que se consagran los derechos humanos y se especifica todo lo que el estado no puede hacer. Para el constitucionalismo, el estado está sometido a normas constitucionales, al derecho. Por eso se lo denomina Estado de Derecho.
Y para agregar mayores seguridades de que el poder del estado no va a actuar arbitrariamente, siguiendo los consejos de Montesquieu, se decidió dividir el poder, de modo tal que los órganos estatales se controlen entre sí. El aparato del Estado se divide en Poder ejecutivo, Poder legislativo y Poder judicial, y cada uno de estos poderse se controlan entre sí, con el fin de evitar la corrupción y el abuso de poder.
Liberalismo, Contractualismo, Constitucionalismo, Estado de Derecho y División de Poderes van a cobrar forma en los Estados Nacionales de la Modernidad, conformando lo que se denomina la Revolución Burguesa de la política, cuyos máximos exponentes son la Revolución Francesa y la Constitución Norteamericana.
Pero hay una gran diferencia entre los estados modernos y la ciudad estado griega: la cantidad de población. Los estados modernos se componen de millones de personas, imposibles de reunir en una sola Asamblea, en un solo lugar. La Solución a que se arribó fue adoptar la figura del mandato de derecho privado: los mandantes o poderdantes (el pueblo) otorgan poder a el o los mandatarios o apoderados (los gobernantes) para que ejerzan actos (gobiernen) en su nombre y representación, de modo tal que la voluntad de los mandatarios no sea sino expresión de la voluntad de los mandantes: de la voluntad popular. Esta forma de democracia, por mandato o representación, se denomina democracia representativa o indirecta: "el pueblo no delibera ni gobierna sino a través de sus representantes"

La democracia real: Elitización de la política.
Si bien en teoría la forma política de gobierno de los modernos estados burgueses sería la democracia, y en nombre de la "voluntad popular" se derrocó a la monarquía; en la práctica el resultado fue bien diferente: ni se permitió votar a la mayoría de la población, ni los gobernantes se comportaron de acuerdo a la voluntad popular.
Según Schumpeter la definición clásica de democracia (Gobierno de la voluntad popular para el bienestar general) es falsa e inexistente. No hay tal voluntad popular, porque cada ciudadano tiene su propia opinión, y no puede unificarse con la opinión de todos los demás. Ni existe el bienestar general, dado que los beneficios no pueden ser sino individual para cada persona. Schumpeter es un pragmático, que deja en evidencia el carácter ficticio de la definición tradicional de democracia. No gobierna el pueblo sino las elites de poder, y no lo hacer para el beneficio del pueblo sino para su propio beneficio. No obstante, dice, en los países occidentales se vive en democracia, pero en una democracia "empírica", práctica. Y esta forma concreta de democracia, es mejor que cualquier dictadura. Así concebida, dice Schumpeter, la democracia es la libre competencia de las elites por el voto popular. Para obtener el voto en las elecciones, las elites deben competir entre sí, otorgando beneficios a los votantes. Y este mecanismo asegura que la democracia, aunque empírica, es mejor que la dictadura.
En ciencia política existe toda una corriente tan escéptica como Schumpeter, denominada elitismo, entre los que encontramos a Michels, Mosca y Pareto. Todos ellos consideran que el poder no corresponde ni puede corresponder al pueblo, sino a las elites, y que las elites siempre tratan de perpetuarse y beneficiarse con el poder; es lo que ellos llaman la "ley de hierro de la oligarquía ": toda elite gobernante tiende a convertirse en oligarquía.
Si bien acepta los presupuestos de la teoría elitista, Dahl va a extraer conclusiones distintas. Es cierto, sostiene, que las elites tratan de oligarquizarse, pero también compiten entre sí (como decía Schumpeter). Además, las elites políticas tienen que someterse a elecciones periódicas en las que los votantes evalúan su comportamiento, y si no los benefició lo suficiente, no los votan. A esto lo llama "ley compensatoria de la reciprocidad”: si no hay reciprocidad, si no devuelven el voto en beneficios, no los vuelven a votar. Por último existen muchos grupos presión que nuclean elites de la sociedad civil, que tienden a ejercer influencia y a controlar a las elites del estado. Es decir, que si bien no vivimos en democracias, tampoco es cierto que el poder esté concentrado en la élite gobernante. Lo que existen en realidad, dice Dahl, son Poliarquías, es decir, sistemas políticos en los que el poder está más o menos repartido (poli = plural) o distribuido, para el beneficio del conjunto.
Uno de los autores contemporáneos que más claramente ha conceptualizado los problemas que enfrenta la Democracia moderna, es Norberto Bobbio. Para él los principales obstáculos de la democracia, son tres : La tecnocracia, la burocracia y el escaso rendimiento del sistema político. La primera porque al estar el conocimiento concentrado en pocas personas, la mayoría no puede tomar decisiones autónomas sin consultar a "los que saben", que son pocos. La segunda, porque como los gobernantes no pueden ejercer el poder directamente, sino que necesitan un conjunto de medios para llegar a la población, esa burocracia intermediaria tiene sus propias pautas e intereses, que muchas veces son contrarios a la voluntad del conjunto. Por bajo rendimiento se entiende la incapacidad del sistema político para satisfacer todas las demandas de toda la sociedad, esto genera insatisfacción, y disconformidad con el sistema democrático.

La Crítica Radical: Democracia Popular Revolucionaria.

Como ya anticipamos, la democracia moderna no cumplió inicialmente sus postulados. No solo por la elitización de los gobernantes, sino porque no se incorporó a toda la población a la arena política. Actualmente no concebimos la democracia sino asociada al sufragio universal: no hay democracia sin no pueden votar todos los ciudadanos, hombres y mujeres. Pero no fue esta la concepción primigenia de las Repúblicas burguesas del siglo XIX y hasta entrado el Siglo XX. La mayoría de la población estaba excluída del derecho al voto.
¿Por qué no los dejaban votar? Porque los excluídos eran los pobres y los obreros, que eran socialistas, comunistas o anarquistas. Y no querían el capitalismo, sino que querían cambiar el sistema social en su conjunto.
Durante todo el siglo XIX van a madurar ideas críticas respecto de la república burguesa. El pensador más representativo de esta corriente, es Carlos Marx, del cual solo vamos a analizar su pensamiento político respecto de la democracia.
Para el Marxismo, el estado moderno era un estado burgués, que tiene como finalidad mantener la dominación de clase en favor de los capitalistas o burgueses, y en contra de los obreros y del pueblo. Por eso, para Marx, el capitalismo era incompatible con la democracia: el día que dejaran votar a los obreros, éstos votarían por desterrar la propiedad privada y el capitalismo, por eso, según Marx, la burguesía nunca concedería elecciones libres y democráticas. En su opinión, la única democracia verdadera sería una democracia en la que los ciudadanos fueran iguales entre sí, es decir, en una sociedad sin clases sociales, en la sociedad comunista. Y para llegar a esa sociedad comunista, libre y democrática, había que terminar con el capitalismo. Y la única manera de terminar con el capitalismo era forzando a los capitalistas, que iban a resistir. Es decir, que la única forma de llegar a una democracia era una revolución popular. En ese sentido, decimos que la crítica marxista a la democracia burguesa postula un modelo de democracia revolucionaria, de tipo popular o socialista.
Claro que la aplicación práctica de las ideas de Marx, en el Siglo XX, no llevó a la creación de regímenes democráticos, sino a regímenes, que aún siendo populares y mayoritarios, tenían métodos políticos autoritarios.

Democracia y Estado de bienestar.
Los vaticinios Marxistas acerca de la incompatibilidad entre capitalismo y democracia, y sobre la caída inevitable del capitalismo, no se cumplieron. Nunca sabremos si fue porque Marx se equivocó, o porque los Capitalistas aprendieron de Marx, y corrigieron el modo de producción. Lo cierto es que desde 1930 el Capitalismo cambia su funcionamiento político y económico. En lo económico, el estado sale a intervenir activamente en la economía con el fin de complementar al mercado. En lo político se concede el sufragio universal, y tal como se preveía, tienden a ganar el gobierno partidos socialistas, laboristas, socialdemócratas o populistas. Pero estos nuevos gobiernos, en vez de derrocar el capitalismo, van a pilotear el estado de bienestar, y van a conseguir beneficios tangibles para los trabajadores y los sectores populares, sin romper con el sistema. Las políticas sociales del estado de bienestar: jubilaciones, derechos laborales, planes de salud, de vivienda, etc., harán que los sufragantes nuevamente voten a los gobiernos reformistas. Esto dará continuidad a sus gobiernos, y recibirá el nombre de "consenso socialdemócrata". Dentro de este esquema, tendrá especial importancia un actor social clave: los sindicatos, representantes directos de la clase trabajadora. A punto tal que autores como Klaus Offe sostiene que la fórmula pacificadora del estado asistencial "consiste en primer lugar en la explícita obligación del aparato estatal de proveer asistencial y apoyo .. a aquellos ciudadanos que sufren las necesidades y riesgos específicos, característicos de la sociedad de mercado ... en segundo lugar, el estado asistencial está basado en el reconocimiento del rol formal de los sindicatos de trabajadores tanto en la redacción de los contratos colectivos de trabajo como en la formación de políticas públicas..." El poder de los sindicatos es el medio por el que los trabajadores se aseguran que el estado cumpla con las políticas sociales prometidas. Este poder sindical es una forma nueva de participación política : la república burguesa, adicionada con sufragio universal, estado de bienestar y participación sindical logra casi 50 años de estabilidad política y crecimiento económico.
En los países en que el estado de bienestar se aplicó más radicalmente, con un sentido más socializante, fue en los países escandinavos: Suecia, Finlandia y Noruega. Allí el triunfo casi ininterrumpido de los partidos socialistas permitió a esas sociedades una bonanza económica y un reparto equitativo de la riqueza sin igual en todo el mundo. Y las formas políticas de sostener este esquema fueron: a) Gobierno representativo, b) Estado Keynesiano de Bienestar, c) Participación sindical en las decisiones públicas, y d) Formas semidirectas de democracia. e) Formas Semidirectas de Democracia.

A mitad de camino de la democracia directa y de la indirecta, las formas semidirectas son medios que se emplean en los regímenes representativos, para poner el poder de decisión, sobre asuntos puntuales, en manos directamente del pueblo.
El tema será tratado en otra parte de este curso. Baste por ahora mencionarlos como un intento de reducir la distancia entre gobernantes y gobernados que adolecen los regímenes republicanos actuales.
Las formas más conocidas son el referendum, el plesbiscito y la consulta popular, por los que se somete a consideración del electorado el pronunciamiento sobre una cuestión política puntual. También corresponde mencionar la "iniciativa legislativa" o "iniciativa popular" consistente en que una parte del electorado pueda presentar un proyecto de ley, y el congreso quede obligado a tratarlo (aunque no lo apruebe). La revocatoria de mandatos consiste en la facultad de una parte del electorado (un porcentaje determinado) de remover un funcionario electo. Existen otras diversas formas de participación semejante, consistente todas ellas en dar poder de decisión, o intervención directa al electorado.

Democracia formal vs. Democracia participativa.
En la década del 80 con el avance del neoliberalismo, comienzan a aplicarse en todo el mundo planes de ajuste tendientes a desmantelar el estado de bienestar. Tal desmantelamiento deja al descubierto los mismos problemas existentes antes de la década del 30 : el mercado libre produce injusticia y protesta social. Pero el neoliberalismo no vuelve atrás con la concesión del sufragio universal. A esta altura del siglo, los regímenes comunistas están en su última fase, en 1985 comienzan un proceso de apurada reforma y en 1989 caen definitivamente. El capitalismo no tiene ya sistemas sociales competitivos, de modo que la protesta social generada por el ajuste ya no pone en riesgo el sistema.
No obstante, la disconformidad popular genera problemas de "gobernabilidad", término éste que designa situaciones en las que la política de élite no son aceptadas pasivamente por los gobernados. La formula de apaciguamiento utilizada por la élite neoliberal, no será ya la apertura a lo social, sino la lisa y llama restricción : El funcionamiento del sistema político republicano , formalmente democrático, se limita al mínimo de su expresión. Los canales de comunicación de la sociedad al gobierno se cierran. El estado manipula o compra el silencio de los Sindicatos y las ONGs. Se cierran los canales de consulta. Y los pronunciamientos populares se limitan a las elecciones, cuyas campañas son objeto de fuerte influencia por parte de los especialistas en opinión pública y por los medios de comunicación. Todo ello en el contexto de una sociedad capitalista en proceso de globalización.
La forma de democracia funcional a las políticas de ajuste es la democracia formal, restringida o delegativa, caracterizadas por la pasividad de la sociedad civil y del pueblo.
Como contestación a esta forma política, desde la caída del modelo comunista, tienden a crecer las propuestas participativas de democracia social ; ya que no existen alternativas al modelo social propuesto por el capitalismo ; ya que no existe en la sociedad la inquietud por la transformación revolucionaria de la sociedad ; lo que proponen los movimientos sociales de contestación es la profundización de la democracia mediante la participación popular, en pos de la obtención de un nuevo tipo de políticas sociales, limitativas del mercado, favorables al pueblo, y gestionadas por los propios actores colectivos.
La propuesta de una democracia participativa es un método para profundizar la democracia política, pero también para profundizar la democratización de la economía, y para gestionar democráticamente los márgenes de socialización alcanzados. Sus principales sujetos portadores son las ONGs. Sus principales voceros los líderes sociales. Sus principales socios son los líderes políticos honestos. Y su programa es el de una reforma progresiva y consensuada de la sociedad actual, con un sentido democrático y solidario.
El teórico más representativo de la democracia participativa es Macpherson que postula un "sistema piramidal, con la democracia directa en la base y al democracia delegada en todos los niveles por encima de ella. Así, se empezaría con una democracia directa al nivel del barrio o de la fábrica, con debates totalmente directos, decisión por consenso o mayoría y elección de delegados que formarían un consejo al nivel más amplio inmediato... Los delegados tendrían que contar con suficientes instrucciones de sus electores y ser responsables ante ellos ... Y así sucesivamente".

Autonomía y Democracia.
El concepto de democracia participativa cierra el recorrido conceptual de esta clase. La participación, como medio para profundizar la democracia no tiene límites puestos de antemano. Depende únicamente de cuán lejos la queramos llevar. Ahí está el meollo de la cuestión : ¿Cuán lejos quiere llegar la ciudadanía en la profundización de la democracia ? La activación ciudadana que requiere la democracia presupone un pueblo que ha tomado la decisión de hacerse responsable de su destino. Presupone una población políticamente madura que toma las riendas de su historia. La democracia participativa es un sistema a la medida de ese pueblo: si quiere autodeterminación, no tiene más que auto- organizarse y tomar en su poder la dirección del estado y de las organizaciones de la Sociedad Civil. Si en cambio el pueblo no está maduro para esa decisión, si no es tan responsable para sumir adultamente la responsabilidad de hacer su historia, entonces deberá resignarse a ser gobernado por elites "politiqueras" y partidocráticas. Como afirma Castoriadis "En una democracia el pueble puede hacer cualquier cosa pero debe saber que no debe hacer cualquier cosa. La democracia es el régimen de la autolimitación y es, pues, el régimen del riesgo histórico y un régimen trágico".
Raúl Alvarez. 4.1.99.
http://personales.ciudad.com.ar/argenpol/conceptosbasicos/democracia.htm

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Wednesday, November 21, 2007

Hola

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